Introducción al mundo de las dictaduras
En este blog trataremos de ayudaros a descubrir y profundizar un poco más en eso que ya conocemos. La dictadura no es sólo como siempre hemos creído un único hombre que dirige a su antojo un país sino que detrás de todo eso hay mucho más, una estructura de gobierno.
A la par, iremos introduciendo información sobre los contenidos vistos en clase e investigaciones de temas que nos han llamado la atención.
Esperemos que lo disfrutéis.
domingo, 14 de noviembre de 2010
LA REFORMA. ERASMO Y LUTERO.
A finales del siglo XV era necesaria una reforma de la Iglesia. La avaricia de los eclesiásticos, su corrupción y su ignorancia habían llegado hasta más allá de lo increíble. Aunque la dificultad de sustraer la ponzoña que envenenaba la Iglesia de Cristo era tarea ardua que sólo pudo llegar a su fin con la actuación del Cisma Protestante llevado a cabo por Lutero.
Los escritos de los humanistas laicos y de algunos clérigos del siglo XV, están llenos de diatribas contra los clérigos, las Órdenes religiosas y aun la curia romana. Los papas se sentían omnipotentes y con derecho sobre los reyes. Julio II excomulgó al rey de Navarra Juan de Albret y a su esposa Catalina para que Fernando el Católico pudiese ocupar sus estados. También entre el colegio cardenaico era bien sabido que muchos cardenales habían comprado su cargo. A veces se temía que un papa reformador llegaría a cortar por lo sano, dejando sin empleo y sueldo a la corrupción de la curia romana. Pero desgraciadamente los papas reformistas duraban poco, pues o bien morían prematuramente o cambiaban de parecer, como León X que a pesar de ser un Médicis (poderosa familia florentina), decía: ‘‘Gocemos del pontificado ya que Dios nos lo ha concedido’’.
Eran numerosos los creyentes que pedían un concilio para llevar a cabo una reforma sin necesidad de un cisma luterano. Por algún tiempo la Iglesia llegó a proteger a aquellos que la enjuiciaban con sus críticas y sátiras. La literatura anticlerical del S. XVI es abundantísima y los clérigos eran los primeros en aplaudirla. Mientras no se produjese una herejía, la Inquisición no se entrometía.
Erasmo es quien se consagra a esta labor fiscalizadora, sus obras toman a veces el tono de burla pero buscando una solución. Erasmo nació en Rotterdam en el año 1467. Se vio obligado a tomar órdenes en un convento de agustinos, con los que vivió varios años. Así su crítica es totalmente verídica. A pesar de su poca afinidad con ellos, el obispo de la diócesis se percató del talento de Erasmo y consiguió que le trasladaran a París para perfeccionar sus estudios. Allí conoció amigos que le introdujeron en la Inglaterra de la época, donde entabló amistad con Tomás Moro. También se relacionó con eruditos que le estimularon para publicar su primer libro: Adagios. Sátiras cortas escritas en latín que con cierta ironía lanzaban críticas como ésta: ‘‘Los griegos decían que Andóclides fue grande porque en su tiempo había confusión. Los teólogos producen confusión para hacerse ellos grandes’’. ‘‘El Evangelio dice que los sacerdotes devoran los dineros que ha conseguido reunir el pueblo con su trabajo, pero los hallan tan difíciles de digerir que tienen que hacerlos pasar con vino bueno’’.
En 1504 se trasladó a Roma y allí descubrió, al igual que Lutero, la profunda corrupción que el Estado vivía y publicó unos evangelios comentados en latín. Uno de ellos, dice así: ‘‘Yo, Erasmo, vi con mis propios ojos al papa cabalgando a la cabeza de un ejército, como si fuese César o Pompeyo. En cambio San Pedro conquistó el mundo sin armas ni ejércitos’’.
Murió católico, haciendo continuas protestas de su adhesión a la Iglesia romana. Inconsciente del efecto de su obra, no se dio cuenta de que había sido un factor importantísimo de la protesta de la mitad de la cristiandad y de la corrección de la otra mitad, que trató de enmendarse con la llamada Contrarreforma.
Lutero es dieciséis años más joven y contrasta en su temperamento apasionado. Se crió en medio de rústicos campesinos que creían en la fe católica de la Edad Media. Se graduó en la universidad de Erfurt y entró en un convento agustiniano.
Fue profesor en la universidad de Wittenberg de teología. Allí daba lecciones sobre la biblia y cada vez se sentía más frustrado al tener que enseñar la doctrina escolástica. Así, en vez de inclinarse a la fórmula más moderna siguiendo los pasos de Erasmo, retrocede hacia la teología de San Agustín, que consideraba la escolástica una recaída en el pelagianismo, (creer que la salvación eterna se debe exclusivamente a nuestras buenas obras, sin recurrir a la gracia divina).
Con esta idea en la mente, se puede decir que Lutero emprendió en Wittenberg lo que hoy denominamos ideología protestante. Aunque ésta no se habría extendido de no ser por la crítica que hizo a la venta de indulgencias y bulas, que servían para financiar las obras de la basílica de San Pedro.
Así, Lutero, inconsciente como Erasmo, de la trascendencia de su obra, clavó en las puertas de la iglesia del castillo de Wittenberg un escrito con 95 Tesis, que él se aprestaba a defender en singular combate teológico. E esta obra Lutero venía a decir que:
1. La Iglesia sólo puede redimir a duras penas que ella impone y no las que ha impuesto Dios en su juicio.
2. La Iglesia sólo puede disminuir la penitencia y la pena de los vivos; los muertos sólo pueden ser auxiliados con plegarias para mover la bondad divina a compasión.
3. Para obtener el perdón de los pecados es preciso un sincero arrepentimiento, y no hace falta nada más.
Las 95 tesis tuvieron una circulación asombrosa. Las tesis se disputaron en el torneo dialéctico de Leipzig, contra Eck, que consiguió la victoria ante Lutero.
La mayor parte del pueblo alemán apoyó a Lutero y en el año 1520 publicó lo que hoy es considerado la piedra fundamental del protestantismo: De la libertad del cristianismo, La cautividad de la Iglesia en Babilonia y Manifiesto a la nobleza cristiana de la nación alemana.
A esto contestó Roma con la bula Exurge Dominae, que condenaba a Lutero. En ella se ordenaba que se quemaran todos los escritos de Lutero, a lo que el fraile contestó quemando la propia bula papal en el lugar donde se solía quemar a los herejes en Wittenberg.
Así estaban las cosas cuando fue elegido emperador Carlos V. Éste se encontró con una Alemania rebelde, y creyó poder ponerle fin, obligando a Lutero a compadecer ante la Dieta de Worms.
LUTERO ANTE CARLOS V EN LA DIETA DE WORMS (Cuadro de J. Schnorr de Carosfeld).
El día 4 de abril de 1521, se trató el asunto de Lutero estando Carlos V presente. Nos llegan distintas perspectivas. El nuncio del papa, que hacía de fiscal, ha descrito en sus memorias la entrada del fraile en estos términos: ‘‘El infeliz entró sonriendo, miró a su alrededor y bajó la cabeza. Al verse en frente del emperador (Carlos V), no pudo mantenerse quieto y se movía tembloroso’’. Lutero, en cambio, nos cuenta que, al contemplar aquella reunión de príncipes y dignatarios, hubo de decirse: ‘‘Así mirarían los judíos a Cristo’’.
El primer día se le pidió que se reconociera como autor de sus escritos y nervioso, pidió un día más para poder responder correctamente. Al día siguiente habló con palabras muy claras manifestándose dispuesto a corregir lo que podía haber exagerado pero manteniéndose firme en todo lo que él consideraba fundamental.
La sala estaba llena, Lutero estaba pálido. Como había hablado en latín, algunos príncipes le pidieron que repitiera su discurso en alemán. Al verle tan cansado, el doctor de Sajonia le gritó: ‘‘Si no puedes más, retírate, ya has hablado bastante’’. A lo que Lutero repitió su discurso acabando cono las palabras alemanas: ‘‘Hier bin ich’’ (aquí estoy). Después en los interrogatorios, Lutero se dirigió a los oyentes:’No me retractaré más que con argumentos de las Sagradas escrituras. ¡Que Dios me ayude! Amén. ’’
Así pues, cabe destacar la importancia de estos dos personajes en la historia de la Europa de los siglos XIV y XV.
Bibliografía:
Pijoan J. Historia del Mundo. Tomo 7. Salvat Editores S.A.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/lutero/fotos6.htm
http://www.biografiasyvidas.com/biografia/l/lutero.htm
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