La Inquisición

    Hemos podido escuchar en clase algunas explicaciones sobre la Inquisición, pero ya que el tema es muy amplio y no es la parte principal, no se profundizó demasiado en él por lo que decidí indagar un poco más y presentarlo en el blog.

     En España se crea la Inquisición en 1478, se trata de un tribunal de carácter eclesiástico que debía juzgar a los cristianos en sus delitos de fe, delitos de bigamia, blasfemia, misticismo, brujería o cualquier comportamiento que se saliera fuera de lo establecido. Va  a ser una de las pocas instituciones comunes a Castilla y Aragón.

    Cuando los reyes católicos llegaron al trono, hacía ya siglo y medio que algunas minorías judías ejercían una importante influencia en la administración y en la sociedad, lo que excitaba la envidia de las clases populares cristianas. Las conversiones forzadas agudizaron el problema: algunos se habían bautizado por presión y sin voluntad de hacerlo. Como es lógico, seguían practicando a escondidas su antigua religión; y aunque otros se habían convertido sinceramente, las masas populares no hacían distinciones.

Imagen representativa de las torturas.

     Las penas podían ser de cárcel, tortura (se hacía en tres casos: si la confesión era parcial, si reconocía el delito pero no su intención herética o cuando el acusado se contradecía), hoguera, azotes públicos o de lo que se ha hecho mención en clase, el San Benito: vestimenta que le mostraba como ajusticiado por la Inquisición, llevarlo era un infamia para él y su familia.



     Relacionado con nuestro trabajo hay que referirse de algún modo a la situación de este tribunal en América:

     En relación con una época en que los gobiernos establecidos consideraban la unidad de la fe religiosa como base de su política, el tribunal del Santo Oficio, que gozaba en España de un poder que ni siquiera se detenía ante los miembros de la familia real, fue encargado en América de la policía de costumbres, de reprimir los extravíos de una mística irrefrenada, de extirpar todo retoño del islamismo y del judaísmo, que habían sido eliminados de la metrópoli, y de impedir la entrada del protestantismo en las nuevas tierras.

    El Santo Oficio tuvo tres centros en América: el de México, el de Lima y el de Cartagena(Colombia).