Esta semana nuestro grupo ha seguido trabajando y buscando información sobre los temas correspondientes a cada una.
Alba ha estado documentándose sobre el programa de gobierno en la etapa del segundo franquismo.
Éste intentó realzar la economía, objetivo que se consiguió. En política exterior el nuevo ministro de Asuntos Exteriores, López Bravo, firmó un acuerdo comercial con la CEE y estableció relaciones diplomáticas con China y con la República Democrática de Alemania.
En el aspecto cultural y educativo, hubo una reforma del sistema educativo con la Ley Villar Palasí de 1970, que pretendía la equiparación con Europa, extendiendo la enseñanza básica gratuita.
También hubo un gran número de proyectos no realizados como el Anteproyecto de Asociaciones de acción política del ministro Torcuato Fernández Miranda o el intento de mejorar la Iglesia.
En el campo laboral se intenta resolver la conflictividad obrera con la nueva Ley Sindical, que fracasó.
ETA se fortaleció. Ante esto, el gobierno endureció en 1971 la Ley de Orden Público de 1959.
Milagros sigue centrada en el extenso libro de EL DICTADOR, la historia secreta y pública de Jorge Rafael VIdela del cual está intentando hacer una síntesis para quedarse con las ideas principales y poder empezar así a organizar su parte del trabajo.
Además ha estado leyendo una Carta de Videla a Juan Pablo II agradeciéndole la mediación papal que evitó la guerra con Chile.
Ana esta semana se ha dedicado a tratar el tema de los intelectuales durante la Dictadura de Miguel Primo de Rivera. Los intelectuales aceptaron el levantamiento militar, pero con el paso del tiempo, se posicionaron en su contra. En el Ateneo comenzaron a pronunciarse discursos contra el régimen, por lo que esas asambleas pasaron a ser vigiladas por un miembro de la dictadura. Al final, el 20 de enero de 1924, se decretó el cierre del Ateneo.
Unamuno, sufrió la suspensión de empleo y suelo como catedrático, y su cese como vicerrector y decano de la Universidad de Salamanca.
Mediante una carta, atacó directamente al directorio. Fue desterrado a Fuerteventura. No se acogió a la amnistía del 4 de julio de 1924. Finalmente se exilió a Francia.
Después de estos hechos ocurridos con Unamuno, acontecieron las dos primeras revueltas de intelectuales en Madrid contra la Dictadura.
Berenguer y Sanabria fueron condenados a seis meses de cárcel.
Ese mismo año, también el escritor Blasco-Ibañez, escribió contra la Dictadura y contra el rey, publicando dos folletos, que fueron metidos ilegalmente en España.
Por otro lado, también hubo intelectuales que se mantuvieron fieles a la Dictadura, como Ramiro de Maeztu, o Eugenio D’Ors.
Entre dos aguas se encontraban Azorín, Ortega y Gasset, Pío Baroja, Gómez de la Serna y Benavente.
Durante la Dictadura se desarrollo la Generación del 27, a la que pertenece Lorca, Salinas, Neruda, Dámaso Alonso, Vicente Aleixandre, Alberti, Gerardo Diego y Miguel Hernández entre todos.
Verónica se ha centrado en el tema de la política un poco más y ha buscado información sobre la política de represión empleada por Augusto Pinochet.
La violencia del golpe continuó durante el gobierno de Pinochet, admirador del dictador español Francisco Franco. Una vez que alcanzó el poder, los partidarios del gobierno derrocado fueron declarados «enemigos del Estado».
Gracias a la DINA, se introdujo como política de Estado la detención, tortura, asesinato, desaparición o exilio de quienes se hubiesen involucrado con el gobierno anterior, configurando el concepto de «terrorismo de Estado».
El general Sergio Arellano Stark realiza la llamada Caravana de la Muerte al recorrer el país en un helicóptero Puma para ordenar las ejecuciones sumarias a los detenidos políticos de alta connotación en los recintos militares.
Se estableció una red de informantes para obtener datos que condujeran a la detención de comunistas y socialistas que hubiesen mostrado actividad en el gobierno derrocado.
Se estableció el toque de queda que perduraría hasta el 2 de enero de 1987, confinando primero a partir de las 21 horas y luego a partir de las 2 de la mañana, a los chilenos a quedarse en sus hogares.
El gobierno militar además adoptó como medio de deshacerse de aquellos personajes indeseables la expulsión y el exilio obligado. La tortura fue también una herramienta común usada para combatir a los no partidarios del nuevo gobierno.
Yo, he estado documentándome sobre la crisis de los misiles producida durante el gobierno revolucionario de Fidel Castro.
La URSS apoyó al gobierno de Cuba, mientras que la operación fracasada de Bahía de Cochinos dio muestras inequívocas de la oposición de EE.UU. a un gobierno comunista a escasos kilómetros de sus costas. Ante esto, la URSS vio en Cuba la base necesaria para el apoyo a nuevas oleadas revolucionarias pro-soviéticas en países americanos, así como por su cercanía a Florida, una base militar desde donde poder amenazar a los EE.UU. sin que éstos tuvieran tiempo de reacción, igualando así la amenaza que significaba para los soviéticos los misiles estadounidenses emplazados en Turquía, estado fronterizo con la URSS. Por ello, el líder soviético y su gobierno decidieron asegurar la isla con la instalación de bases de misiles, con capacidad para alcanzar a los EE.UU. y dispuestos para llevar cabezas nucleares. El gobierno cubano, ante la posible existencia de un plan para la invasión directa de los EE.UU. tras la fallida invasión mercenaria, acepta el emplazamiento a pesar de su inicial oposición a que el acuerdo fuese secreto.
La instalación fue descubierta por las fotografías de un avión espía estadounidense, tras lo que Kennedy ordenó establecer una cuarentena y un cerco alrededor de la isla, desplegándose barcos y aviones de guerra estadounidenses. El presidente soviético dirigió un mensaje a Kennedy el 24 de octubre: «...la URSS ve el bloqueo como una agresión y no instruirá a los barcos que se desvíen»; pero en las primeras horas de la mañana, los buques soviéticos disminuyeron la velocidad y regresaron o alteraron sus rutas.
Ante la problemática de tal enfrentamiento en el contexto de la Guerra Fría, Castro, en carta de 26 de octubre, le dice al presidente soviético que emplee el armamento nuclear. Según Castro, fue un problema de traducción del embajador ruso. Según cuenta él en la película documental Comandante, él pedía el uso de armamento nuclear en caso de invasión de los EE.UU. El gobierno cubano exigía el cumplimiento de 5 puntos para la retirada de los misiles: el fin del bloqueo, el fin de los ataques piratas, el fin de la guerra sucia, el fin de los planes subversivos y la retirada estadounidense de la Base Naval de Guantánamo.
Sin embargo, Jrushchov propuso a Kennedy el desmantelamiento de las bases soviéticas de misiles nucleares en Cuba, a cambio de la garantía de que EE.UU. no invadiera a Cuba ni apoyara operaciones con ese fin, y del desmantelamiento de las bases de misiles nucleares estadounidenses en Turquía, condiciones que Kennedy aceptó. Castro se sintió molesto por no tener en cuenta la opinión de Cuba en las negociaciones. En su opinión, resultó incoherente que la moneda de cambio fuesen los misiles de Turquía con que la causa de los misiles era la defensa de Cuba, por lo que debía haberse exigido el cumplimiento de los cinco puntos.
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